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Personas migrantes y su situación ante la pandemia del COVID-19

  • Foto del escritor: CIMM México
    CIMM México
  • 2 may 2020
  • 8 Min. de lectura


 

¿Cómo ha afectado la actual contingencia de salud a la población migrante en el contexto mexicano?, ¿Qué ha sido de la niñez migrante en México en este contexto de salud?


 

La actual crisis de salud mundial originada por el COVID19, ha volcado la situación de todos los países, ha exacerbado algunas situaciones y ha mostrado los retos que México tiene ante la protección de la población. En las próximas líneas queremos exponer generalmente como se ha visto afectada la población migrante en México, como una de las poblaciones más vulnerables e invisibilizadas ante esta situación. Haciendo una mención especial de la situación de la niñez migrante, que vive de una manera distinta el día del niño en México.


En los últimos años la migración en México ha llamado más la atención de los medios de comunicación, ante las diversas caravanas que fueron entrando a nuestro país desde 2018. Si bien, no era un fenómeno nuevo el de las “caravanas”, si había un mayor interés ante el gran número de personas que cruzaron las fronteras con rumbo a Estados Unidos, por lo que se mostraron más las historias del porque la gente salía de los países centroamericanos.

Desde ese entonces la política y dinámica migratorias enfrentaron un nuevo cambio. Desde nuestro país se empezó a registrar una mayor entrada de personas extranjeras de forma irregular, lo cual derivó en un alza en la detención migratoria, por lo que las estaciones migratorias se saturaron cada vez más. Asimismo, y a la par del avance de las y los migrantes por territorio mexicano, el crimen organizado también aumento su vinculación en la inseguridad de la migración. Todo esto confluyó, en que los países involucrados realizaran varios acuerdos de contención migratoria.


Debido a dichos acuerdos, las fronteras de México, tanto sur como norte se saturaron, por la población que seguía entrando de la frontera sur, como la que Estados Unidos regresaba a nuestro territorio, a fin de que esperaran procesos de solicitud de asilo que iniciaron en el país del norte. Esto desbordó la capacidad de respuesta de las instituciones y acrecentó la crisis del tema migratorio.


La mayoría de la población extranjera que entro en dicho periodo, se encuentra huyendo de situaciones de violencia de sus países de origen. En junio de 2019 la recomendación No. 38/2019 de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, CNDH, hacía referencia a un llamamiento del año anterior, ante un posible colapso de la oficina de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados, COMAR, entidad encargada de procesar los casos de solicitud de asilo en el país.


La CNDH comunicó, que en el año 2017 se contaba con 14 596 solicitudes, de las cuales 7,719 no tenían resolución, por lo que había un rezago del 60% de los procedimientos iniciados a nivel nacional, pues conforme la Ley sobre Refugiados, Protección Complementaria y Asilo Político, las solicitudes deben resolverse en un máximo de 45 días.


La razón del comentar brevemente sobre la situación previa a la contingencia, es el poder contextualizar, a fin de un mejor entendimiento del porque es tan complicada la situación actual para la población migrante en México. Es entendible al hablar de una aglomeración importante en el país esperando resolución de sus procesos de estancia, sin contar con recursos mínimos para vivir, comer, trabajar o alimentar a sus hijas e hijos. Algunas otras, esperando en detención migratoria, confundidas en su espera, sin las debidas medidas de saneamiento dentro de dichas instalaciones, creando miedo ante el foco de contagio que pudiera generarse.


Lo anterior fue una de las razones de los motines que se dieron en diversas estaciones migratorias del país, ante falta de información de su situación migratoria, ante la falta de espacios limpios, ante una saturación que no permitía la sana distancia y claro la situación de desesperanza y de impacto psicológico.


Algunos medios han reportado el escenario desde las estaciones, Animal Político reseñó una nota sobre la compleja situación derivada ante el cierre de fronteras , el poco seguimiento a las recomendaciones sanitarias ante la pandemia y la salida de las personas de las estaciones. Ante la incertidumbre de sus procesos, se registró un motín en la Estación Migratoria de Tenosique, pues la población carece de lo básico para su protección, como agua o espacios acordes para evitar contagios. Desgraciadamente el motín dejó consigo la muerte de una persona migrante. Si bien las fronteras se encontraban cerradas, se logró que varias de estas personas alojadas fueran retornadas a sus países, lo cual incluyó a niños y niñas que viajaban con sus padres. [1]


El pasado 25 de marzo del año en curso la COMAR suspendió los plazos para la emisión de resoluciones de las solicitudes de asilo, por ahora hasta el 30 de mayo. Esto implica que las personas deben continuar esperando respuesta a sus solicitudes para permanecer en el país en condición de refugiados. No obstante, se siguen recibiendo peticiones para valoraciones de casos, esto simplemente vuelve a saturar al sistema, lo que probablemente seguirá impactando en la desesperación de no poder contar con un documento que les permita trabajar, una vez que sea levantada la contingencia.


Aunado a lo anterior, se desprenden varias problemáticas, pues son personas que no tienen recursos económicos, lo que complica su acceso a alimento, techo o inclusive atención médica. La oficina del Alto Comisionado para las Naciones Unidas sobre los Refugiados, ACNUR, es una entidad que ha apoyado para que los y las migrantes puedan contar con alimento y un lugar donde pernoctar, aunque será difícil que puedan apoyar a tanta gente en espera, muchas de ellas han migrado en familia.


Otra consecuencia derivada de la contingencia sanitaria, se refleja en los albergues de atención a migrantes, pues estos se encuentran saturados, muchos de ellos cerraron sus puertas para evitar los flujos de contagio, atendiendo a las recomendaciones del sector salud. Asimismo buscando hacerse de más donaciones para poder alimentar y alojar a toda la población que pudieron recepcionar.


La respuesta del gobierno ha apostado por la deportación, se ha mencionado que de las 65 estaciones migratorias del país, con una cantidad de ocupación 8,524 espacios, en marzo fueron alojados 3,759 migrantes. De dicho total 3,653 han sido deportadas a sus países de origen (Guatemala, Honduras y el Salvador), y 106 son las que siguen ocupando dichas instalaciones.[2] Al día de hoy los comunicados del Instituto Nacional de Migración, INM, mencionan que las instalaciones de las estaciones en su mayoría están en desocupación.


Por otro lado, se ha sumado el anuncio de la suspensión de la inmigración por parte del presidente de los EE.UU., Donald Trump, pues ello implica una pausa en los trámites de los solicitantes de asilo, lo cual deriva en mayor tiempo para ellos en espera, sin trabajos por falta de documentos de estancia y muchos de ellos sin un lugar para vivir y sin recursos para poder alimentarse. Esto es crucial pues ante los acuerdos de “Quédate en México”, por los cuales México acepta a la población que solicita asilo en EE.UU., se han aplazado las audiencias en dicho país, lo que extiende el tiempo de respuesta de los procedimientos, los cuales ya han sido muy lentos, impactando a la gente que huye de violencia de su país y que también corre riesgos en México.


Las acciones de los países de la región han derivado en una afectación sistemática para la población migrante. La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, se ha manifestado ante los cierres de fronteras, pues esto está impactando de manera desproporcionada a migrantes, refugiados y desplazados en la región. Las personas quedan atrapadas en puntos fronterizos y en situaciones inhumanas, que las orillan a ser más vulnerables al COVID-19. De la misma manera corren un riesgo importante ante eventos de discriminación y xenofobia, ante las narrativas que los vinculan a la propagación de este nuevo virus, lo cual puede ser muy grave y los expone a situaciones de violencia.



 

1 persona de 30 en el mundo es migrante

 


Es por todo lo anterior que existe una gran preocupación por la niñez migrante, tanto acompañada, como la no acompañada. Los niños y niñas deben estar siempre protegidos, asistidos y cuidados, no obstante los contextos migratorios han llevado a la separación familiar, por las dinámicas sociales de los países expulsores, en estos casos los centroamericanos, como también por las situaciones de violencia extrema.

En la celebración del día del niño y la niña en México a final del mes de abril, es importante considerar y preguntarse: ¿cómo un niño o niña migrante puede gozar de sus derechos y de todas las añoranzas de dicha edad?, pues estos pequeños que huyen de la violencia de su contexto inmediato en su país, de la pobreza y de la soledad que les han dejado la ausencia de sus padres o alguno de ellos.


En todo el mundo hay más de 7 menores de 18 años que se encuentran detenidos, esta cifra incluye a 330 000 jóvenes de 80 países que fueron convertidos en prisioneros por razones relacionadas a la migración. Estos niños y niñas tienen una alta probabilidad de contagio, ante su presencia en espacios altamente conglomerados, con bajas tasas de higiene, con poca alimentación. La oficina del Fondo de las Naciones Unidas ha hecho un llamamiento a nivel mundial, pues es muy probable que se generen brotes dentro de estos centros y la capacidad de respuesta complique la situación.[3]


El año 2019 fue un momento crucial, pues fue la tasa más alta registrada de niñez detenida en el país. De acuerdo a la Unidad de Política Migratoria del Instituto Nacional de Migración, UPM, informó que se habían ingresado un total de 50 621 menores a las estaciones migratorias, en comparación con el año 2018, las detenciones aumentaron un 83%, pues se registraron 27 739. Aunado a ello la población detenida en 2019 ronda entre los 11 años.


Ante estas cifras la situación de respuesta se ha complicado, ante la cantidad enorme de solicitantes que asilo y la misma situación ya redactada anteriormente, sobre la saturación de la COMAR en la resolución de sus trámites. Asimismo en la saturación de albergues especializados, todo ello complicando la estabilidad de los niños y niñas, quienes lamentablemente no pueden vivir una niñez normal, muchos de ellos consumen drogas, huyen de la violencia de sus países, desconocen que tipo de protección les puede brindar el gobierno mexicano.


La niñez es uno de los grupos más vulnerables y vulnerados, ante la contingencia de salud, se convierten en un grupo que necesariamente tiene que ser considerado y apoyado de forma integral. El solo deportarlos, los reintegra a un esquema de violencia, del cual se ven impactados física y psicológicamente, los pone en riesgo de contagio y sigue aumentando exponencialmente el problema de inicio.


Los niños y niñas que viajan solos carecen de cadenas de cuidados, pero muchos de ellos han aprendido a ser sus propios mentores. La realidad es que necesitan la orientación y apoyo de personas adultas que les den confianza y sirvan de guías, que les provean cuidados y puedan orientarles en las formas de prevención ante el COVID-19. Es menester incluir a todas las poblaciones pues ello hará la diferencia en la erradicación del virus.


La niñez migrante en el contexto mexicano sigue en una lucha, a través de las organizaciones de la sociedad civil, a fin de que sus voces sean escuchadas en sus procesos. Este es un trabajo regional, pues es una realidad que necesitan de sus padres para continuar su desarrollo, ello implica la gestión de varios países en la búsqueda de soluciones integrales que permitan la reunificación de dichas familias, considerando que su vida y seguridad están en juego.


Todo niño y niña tiene el derecho a vivir en familia, a gozar de educación, salud, alimentación, vivienda, a la recreación entre otros. Las situaciones sociales y migratorias complican el goce de los mismos, no obstante es menester que la región haga efectiva la responsabilidad que tiene para que esto sea una realidad, sobre todo en estas situaciones retadoras para reducir el contagio por el COVID-19.

[1] Consultable en: https://www.animalpolitico.com/2020/04/inm-vacia-estaciones-migratorias-deportaciones-extranjeros/ [2] Maritza Pérez, INM instruyó la salida inmediata de migrantes en albergues por COVID, El Economista, 26 de abril 2020. Consultable en: https://www.eleconomista.com.mx/politica/INM-instruyo-la-salida-inmediata-de-migrantes-en-albergues-por-Covid-19-20200426-0030.html [3] Para conocer más sobre lo que está pasando alrededor del mundo con la niñez detenida y migrante consulta: https://newsweekespanol.com/2020/04/ninos-centros-de-detencion-coronavirus/



 
 
 

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